Petra significa «piedra» en griego. Es una de las 7 maravillas del mundo Moderno. Se trata de una ciudad escondida en la montaña, tallada y esculpida completamente en piedra que data de más de 2300 años. Es una verdadera joya arquitectónica que se encuentra al suroeste de Jordania, a 100 km de Aqaba, cerca de la frontera con Israel.
Es muy difícil explicar en pocas líneas lo impresionante que puede llegar a ser este lugar al ojo humano. Siento que no le estoy haciendo justicia, porque «ciudad tallada en piedra de mas de 2300 años» no alcanza. Imagínense un palacio, el que más les guste. Con sus columnas, su frontis, su techo. Hermoso. Ahora eso mismo, pero hecho de piedra, sobre la roca misma. Y todavía soy injusta, si hablo solamente de «un» palacio. Ya que el Al Khazneh es solo el edificio más conocido y fotografiado de todo el parque arqueológico.
La realidad es que es una visita cara: la moneda es cara (los dinares jordanos valen casi como el euro, es un 1 a 1 aproximadamente), las tasas para entrar a Jordania son altas, el precio de entrada al parque arqueológico es elevado y también hay que sumarle el taxi desde la frontera* hacia Petra, que también es caro. Pero así y todo, es un precio que vale absolutamente la pena pagar.
*entendiendo que se visita desde Eilat, Israel, que es lo que la mayoría hace y lo que nosotros hemos hecho en el día de ayer.
A continuación voy a contar paso a paso como fue nuestro itinerario:
Apenas salimos de la frontera, a eso de las 07:20 de la mañana, ya había taxis esperando para llevar turistas a Petra. Recomiendo juntarse con alguien que esté en la misma situación para compartir gastos: en nuestro caso, mi amigo y yo nos sumamos a dos hermanos norteamericanos que venían, al igual, solo por el día.
Lo aconsejable es regatear: nos habían ofrecido 56JOD para llevarnos solo ida, y terminamos pagando 90JOD ida y vuelta (por los 4)
¡Ojo! Una vez en Petra, el chofer les va a proponer una hora para buscarlos. En nuestro caso, nos propuso tres horas (eran las 10AM y dijo de buscarnos a las 13) y la realidad es que no es suficiente, ya que el parque es muy grande y no alcanza. ¿Por que hacen esto? Porque saben que no van a llegar, y están omitiendo decir que te esperan (cuando nadie les pidió el servicio de la espera, solamente el transporte). De esta forma, cuando salimos a eso de las 14:30, el conductor quería cobrarnos 15JOD extra. Nos negamos, le dijimos que no y finalmente nos cobró lo pactado. Pero hay que tener cuidado.
También hay servicio de buses que salen desde Aqaba, la primer ciudad cercana a la frontera, y que son mucho mas económicos. Pero la realidad es que no nos daban los horarios ya que habíamos llegado muy temprano y queríamos aprovechar el día
Pactada la hora del reencuentro con el chofer, nos dirigimos hacia la entrada a comprar los tickets: 50JOD para aquellos que se quedan mas de una noche y 90JOD para los que se van en el día. El señor que las vendía nos advirtió que si comprábamos la de 50JOD y después nos íbamos el mismo ida, en la frontera nos multarían. Así que ni arriesgarse.
Presentamos el papel que nos habían dado para el sello y entramos.
La entrada de Petra incluye un paseo a caballo, pero ¡atención! Los guías exigen las propinas. Si bien nos advirtieron antes de subir que “only tips” (ya bastante pagamos la entrada) una vez nos bajamos del paseo que duró unos 15’, nos exigían la misma cantidad que los norteamericanos. “Good tips” nos pedían y la verdad es que no teníamos. Dos mochileros con bajo presupuesto no tienen 20€ para dar así por que si, sobre todo cuando el paseo esta incluido en la entrada, esta escrito explícitamente y ya habíamos abonado un precio bien alto. No nos pareció justo, hubo una situación media tensa. Se ponen un poco violentos cuando no les das lo que esperan así que conviene prevenirlos.

Una vez finalizado el periplo del caballo, resta caminar. Caminar, caminar y caminar por el Bab as-Sīq , que es el sendero de 1,5 km que hay que pasar hasta llegar al tesoro, Al Khazneh.

Y aquí es cuando llega la parte mas interesante: llegar al tesoro de Petra es algo increíble. Reitero! No hay palabras para describirlo. Todo el recorrido, toda pelea con los jordanos, todo precio regateado inútilmente, vale la pena.

Lleno de gente, como bien puede esperarse de un lugar que desde el 2007 forma parte de la lista de Maravillas del mundo moderno, hay que cuidarse de no dejarse llevar por los «guías» jordanos. A nosotros nos persiguieron hasta no dejarnos pasar cuando queríamos subir por la roca para llegar a los miradores. Nos negaron literalmente el paso, diciendo que sin un guía no se podía ir. ¡Esto es falso!
Nosotros dimos una vuelta de una hora y media, caminando por la montaña y llegamos a la tan fotografiada e instagrameada vista del tesoro de Petra desde arriba:
Hay una suerte de «parador» al cual se llega un poco de suerte, ya que no hay carteles que indiquen como llegar. La única referencia que nosotros tuvimos eran los turistas que volvían: algo había del otro lado y había que llegar. Una vez que lo encontramos, se trataba de una carpa, con alfombras y un par de colchones en el piso, que funcionaba también como bar: si querés ver la vista, tenés que tomar algo advierte un cartelito en inglés justo en la entrada. Y desde allí, con ese jugo de naranja exprimido recién hecho, con todo ese polvo de montaña que vuela y se impregna en la ropa y en la transpiración, ahí pude observar Petra en todo su esplendor. Todo el cansancio de no haber dormido, todo el estrés de no saber si llegabamos y la incertidumbre de no saber que estábamos buscando (porque tampoco sabíamos a donde nos dirigíamos, no teníamos mas que unas imágenes de Instagram de referencia), todo eso tuvo sentido.

TIPS si van a visitar Petra:
- Llevar agua y calzado cómodo, son indispensables. No olviden que es desierto puro
- No llevar abrigo en exceso. Nosotros fuimos en febrero, lo cual seria invierno, y nos encontramos con las típicas amplitudes térmicas del desierto: calor durante el día, mucho frío durante la noche. Pero la visita a Petra es durante el día, por ende el sol y la caminata los harán transpirar mucho y la campera se les vuelve una carga, como me paso a mí.
- Llevar comida. A nosotros nos habían dicho que a Jordania no podíamos pasar con comida y la realidad es que no nos dijeron nada y teniamos una caja de galletitas enorme y completamente visible. En la entrada del parque arqueológico, hay puestos para comer, barcitos y pizzerías, pero son CARISIMOS. Nos querían cobrar por una pizza 25€.
- No dejarse llevar por los guías jordanos y tampoco acudir a la policía: es una perdida de tiempo ya que están todos juntos y ya se sabe de la forma que actúan.
- Hay muchos vendedores en Petra que son menores, y por increíble que parezca, aprendieron a comunicarse en todas las lenguas. Es un poco frío el siguiente consejo, pero realmente recomiendo no llevarles el apunte, ignorarlos completamente. Una nena que no tendría mas de 5 años nos persiguió durante kilómetros para que le compremos una postal que estaba vendiendo. También te pueden llegar a sacar «amablemente» la comida que estes comiendo. Por eso, para evitar situaciones de incomodidad, aconsejo directamente no hablarles, porque tienen modos muy agresivos, a mi entender.
¿Fuiste a Petra? ¿Algún otro consejo que quieras agregar? ¿Anécdotas? ¡Déjalos en un comentario!
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