El 19 de Abril de 2017, me subí al primer avión de la que seria la mejor aventura de mi vida.
Visa Working Holiday Francia en mano, mochila en la otra y un día más tarde me tomaba mis primeros mates con el fondo de la Torre Eiffel.

Luego de 23 meses en la primera etapa en Francia (puede que me haya excedido en tema papeles…) y de otros 4 con la misma visa pero para Alemania, hoy no puedo hacer más que recomendar la experiencia para que otros se animen y tengan la oportunidad de vivir lo que vivi yo.
Fueron 27 meses de crecimiento absoluto, de aprender otros idiomas, de aprender a escucharme, de conocerme, de hacerme amigos para toda la vida, de entender lo efímeros que somos y que podemos llegar a ser, de crear lazos mas fuertes que nunca, de llorar, de reir, de extrañar, de valorar. En definitiva, de vivir.
Pero como no quiero que mi texto se transforme en un ensayo de Cris Morena, voy a pasar a la realidad y voy a enumerar 5 motivos, basados en mi experiencia personal, por los cuales creo que todos deberíamos hacer una experiencia Working Holiday al menos alguna vez en la vida.
- VIAJAR MUCHO: MÁS BARATO Y FÁCIL

Si tu objetivo es recorrer el mundo, la forma más fácil para hacerlo, es trabajando en Europa. Estando allá, se puede viajar mucho por dos motivos clave: la ubicación y los sueldos.
El continente europeo tiene una extensión total que es casi igual al territorio argentino. Es por eso, que la distancia que tenemos que hacer desde, por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires hasta la última ciudad de la provincia homónima, es la misma que en Europa hacemos pasando por 3 países distintos. Si, así de pequeño es el viejo continente y es por eso que es mucho más fácil que viajar en nuestro país o por Latinoamérica. Sin mencionar que todas las ciudades están bien interconectadas por trenes, buses o vuelos, que a veces suelen ser ridículamente baratos. Por ejemplo, una vez, trabajando en la recepción del hostel donde hice mi visa, le pregunté a una chica que hacia el check-in : “¿que te trajo a Niza?” Y su respuesta fue muy simple y literal: “mi vuelo de 5 euros desde Dublin” . Es decir, el bus que la transportaba desde el aeropuerto hacia el centro de la ciudad, 6 euros, le había salido más caro que el vuelo de 2 horas desde Irlanda.
En mi experiencia, yo me fui desde Marsella, sur de Francia, hacia Londres, en un vuelo que me había costado 15 euros. Es decir, si iba a bailar ese fin de semana y me compraba 2 cervezas, hubiese gastado más. O una remera en una marca no muy cara, me salía el precio de dos vuelos de este precio juntos.
Las, en su mayoría, cortas distancias y la cantidad de aerolíneas hacen que desplazarse en Europa sea muy fácil y muy barato. Sumado a que, los sueldos mínimos, permiten pagar alojamiento, comer, vivir y ahorrar. Es la única respuesta que doy cuando me preguntan “como hiciste para viajar tanto?”

2. APRENDER IDIOMAS NUEVOS
Antes de irme por primera vez, me auto decía que jamás me iría a un país donde no hablase el idioma: Llegué a Francia con un amplio conocimiento del idioma y siempre estuve en esa suerte de comodidad, desde la cual admiraba muchísimo a mis amigos que se fueron solo hablando castellano; En Francia tuve la posibilidad de ver progresar a los chicos de manera sorprendente. La mayoría de ellos hoy día tiene conocimientos suficientes como para mantener una conversación en francés o italiano (en el caso de los que estuvieron en Niza). Y respecto a las limitaciones de las cual hablaba, mi segundo año de Working Holiday me encontró en Alemania. País que no estaba en mis planes EN ABSOLUTO. Berlin era realmente el último lugar al que iría, en gran parte, por el miedo a no hablar el idioma. Agradezco al universo haberme puesto en una situación en la que no me quedó otra que ir para allá (estaba en Niza trabajando de forma ilegal mientras mi visa alemana corría día tras día) ya que hoy puedo decir que ha sido la mejor experiencia de mi vida. Eso es lo valioso de las Working Holiday y de este tipo de vida: siempre te exponen y te llevan un poco más allá de tus límites. Sino, pueden leer la experiencia de Agus en Dinamarca, donde terminó trabajando en danés! Todo se convierte en un desafío: ir a comprar comida, preguntar dónde están las cosas, las calles. Ni hablar de la burocracia. Son pequeños desafíos con consiguientes victorias personales.

Entré a trabajar a la tienda de Hard Rock Café solamente sabiendo decir «danke» en aleman (gracias) . Al mes, tanto hablar con la gente, tanto pedir disculpas por no dominar el idioma, tanto pedir que me repitan las cosas, me encontraba respondiendo frases (armadas) en un idioma que me parecía absolutamente imposible. El resultado: luego de 3 meses trabajando entendía el 98% de las cosas que me preguntaban -siempre relacionadas con la tienda claro- podía responderlas y el estar en la caja me había obligado a aprender todos los números y los saludos. Me fuí de Alemania con la sensación de que puedo mucho más de lo que pienso y obvio, con una idea mucho mas amena de ese idioma que hasta me parecía feo y hoy día me suena familiar.
Hoy puedo poner en mi cv, que tengo un nivel básico de alemán. Cosa que jamás hubiese pensado. Parece mucho más díficil de lo que realmente es!
3. GRAN PLUS PARA EL CV
Cualquiera sea el trabajo que se consiga en Europa, es un plus tremendo para el CV , claro está, en caso de que nuestro objetivo sea volver a la Argentina. El hecho de haber viajado, de habernos desempeñado en otro idioma y de haber tenido la «valentía» , habla muchísimo de una persona y es algo absolutamente considerado por las empresas en Argentina. Particularmente, el hecho de poner que trabajé en Niza en un hostel, me abrió las puestas casi automáticamente de la hotelería grande en Buenos Aires: a 15 días de haber vuelto, ya estaba firmando contrato con Novotel Buenos Aires, de la firma Accor, teniendo que rechazar otras dos ofertas laborales.

Uno de mis amigos mas cercanos de Francia, hizo su programa Working Holiday en Lille, una ciudad al norte. En ese lugar, lo llamaron para trabajar en el call center de Booking.com donde por supuesto se quedó toda su visa. Al volver a Buenos Aires, consiguió un excelente puesto de trabajo en hotelería del cual tuvo que renunciar a los 6 meses, porque lo buscaron desde otro hotel, para un puesto similar, por un sueldo incluso mejor.
Obvio que depende de cada uno, pero la realidad es que el solo hecho de escribir en el CV que se realizó este tipo de programa, suma muchísimo a la hora de reinsertarse laboralmente en Argentina.
3. PRIMER PASO PARA UN FUTURO EN EUROPA (O DONDE FUESE)
Ni Macri ni Cristina van a poder salvar a la Argentina de ser un país inviable. Detesto tener que hablar así de mi país, pero la realidad es que ya son varias las personas que me mandan mensajes a mi instagram preguntándome consejos sobre “como hacer para irte y quedarte allá” o bien “que hago si no tengo pasaporte europeo porque me quiero ir” . Hay que ser realistas: Argentina es un país en donde nunca se pudo ni se puede crecer fácilmente, cada vez nos cuesta mas ahorrar, tener una casa propia es un proyecto casi utópico para el común de los jóvenes y lamentablemente son cada vez mas los que, siendo de clase media, no logran verse con un futuro viable en nuestro país. Es por eso que creo, que las visas Working Holiday pueden ser un gran primer paso si, intentar un futuro en el extranjero, fuese la idea.
Una vez que nos otorgan el permiso Working Holiday, encontrar un trabajo en el país elegido es de las primeras tareas a las que tenemos que abocarnos. La verdad de la milanesa es que, si la lengua nos es desconocida, no podemos pretender tener un trabajo como asistente de Google en el primer mes (tranquilos que un trabajo no o poco calificado en Europa es mejor pago que la mayoría de cualquier trabajo profesional en Argentina). Pero, una vez que las cosas se acomoden, quizás, pueda ser momento de buscar un trabajo relacionado a lo que hayamos estudiado y así, empezar a soñar con un futuro afuera.
La realidad es que, en Europa, es muy difícil que nos otorguen una visa de trabajo fija. Por ejemplo, en Francia y Alemania, hay que demostrarle a ambos estados que no haya otro ciudadano de esa nacionalidad que pueda hacer nuestro trabajo. Es decir, tiene que ser un empleo muy calificado, como ser, medicos especializados, arquitectos, ingenieros, etc.
Pero, eso no quita, que haya gente que SI pudo obtener su visado fijo. Depende mucho de la suerte de cada uno, de los empleadores, del tipo que ese día estaba de turno en la oficina de migraciones, etc. Son muchos los factores que pueden hacer que una persona termine quedándose en Europa a vivir. Particularmente, yo cuando fui, no lo hice con la mentalidad de un futuro sino mas bien de viajar y disfrutar el momento. Entonces no me detuve a pensar como quedarme y trabajé de camarera y recepcionista, ambos trabajos con sueldos que, siendo los mas bajos, me permitían pagar mi alojamiento, los alimentos, vivir, y ahorrar.
5. LA INTENSIDAD DE LOS LAZOS
Cuando estás lejos de tu familia, en otra ciudad o país, tus amigos pasan a serlo. Es algo tan simple como eso. Las amistades que uno se hace estando de Working Holiday son mucho más intensas que los lazos de toda la vida. No estoy diciendo que unas amistades valgan más que otras, de ninguna manera. Porque siempre es y va a ser reconfortante estar afuera y que tus amigos de toda la vida te manden mensajes preguntándote como estas, o contándote de sus vidas como si vos no te hubieras ido y el tiempo no hubiese pasado. Y ni hablar el volver y que estén, es impagable. La distancia y el tiempo son los mejores indicadores para saber quienes son tus amigos enserio. Creanme, los que estén a su vuelta, son los que vale la pena mantener. Volviendo a los lazos estando afuera: simplemente son diferentes. Porque se viven cosas muy similares, están todos en un mismo contexto, se viven muchas cosas en menos tiempo y porque basicamente los ves (o convivis) regularmente como si fuesen tu familia. Así por lo menos me pasó a mí con mis amigos de Niza y Berlin. La contracara de esto, es que cuando se acaba la visa, toca despedirse y puede doler. Sobre todo porque algunos vuelven, otros siguen otros rumbos, o quizás vos volvés también pero ellos son de provincias diferentes. Pero van a estar. De repente, pasas a tener amigos y hermanos, desparramados por todos lados: algunos por Argentina, otros en Europa, algún que otro loco dando vueltas por Asia y así. Pero siempre estará el reencuentro: eventualmente coincidiran en una ciudad, se van a tomar un vuelo para venir a verte o bien vos vas a tener que viajar para verlos. Y ese momento es hermoso.



El riojano, la tucumana y la porteña. Vivimos en la misma casa por un mes y medio y nos hicimos como hermanos. Hace poquito nos reencontramos en Buenos Aires después de dos años y fue como si el tiempo no hubiese pasado.
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