
Que es fea, peligrosa, que no vaya, que la gente es media turbia (?), que es una ciudad sucia y que tenga cuidado si voy sola. Todo esto es lo que me decían de la que yo encontré como hermosa, colorida, alegre, buena vibra y distinta. Arquitectura, mar, playa , y arte conviven de forma armoniosa en la segunda ciudad más grande de Francia y en el puerto de mayor importancia del Mediterráneo europeo.
Definitivamente, la más criticada es probablemente la que mejor represente Francia (con toda esa mezcla de culturas) y sin duda ahora de mis favoritas.
De a ratos muy parisina, de a ratos magrebina y hasta bizantina, “Marseille” me dejó con la sensación de que hay que escuchar menos y viajar más.
En este post, les voy a dejar cinco lugares que definitivamente no pueden dejar pasar si la visitan
1. NOTRE DAME DE LA GARDE
Ubicada en el punto más alto de Marsella, una colina a 162 metros utilizada antiguamente como puesto de vigilancia («de la guardia») , esta basílica es uno de los lugares mas representativos de la ciudad, ya que se la puede observar, junto a la virgen en oro que la corona, desde casi cualquier parte.
Este templo católico tiene una amplia relación con el mar que rodea la ciudad, ya que era donde los pescadores y navegantes marselleses se reunían para practicar el culto. De hecho, una de las características que vuelven tan particular la basílica, es la decoración estilo navy en su interior, con pintura a rayas rojas, blancas y azules y objetos marítimos.

Para subir, hay colectivos que hacen el recorrido. Sin embargo, recomiendo hacerlo caminando: las vistas del Mediterráneo que se obtienen a medida que se avanza cuesta arriba son increíbles.


2. EL VIEJO PUERTO
La zona del Viejo Puerto es probablemente la más céntrica de Marsella. Además de los pescadores vendiendo la mercadería fresca del día, se pueden encontrar cafés, hoteles, restaurantes y comercios. Es además, donde convergen las avenidas principales de la ciudad, y punto de partida de excursiones y viajes en ferry: desde Marsella se puede acceder con este medio de transporte a Corsega y al norte de Argelia, en África.


3. LE PANIER
Uno de los cascos históricos más grandes que tuve la posibilidad de recorrer: Le Panier, el barrio más antiguo de Marsella. Con las típicas callecitas angostas del medioevo, y rodeado por una antigua fortificacion, este barrio se ganó el apodo de «el Montmartre marsellés» por su similitud con el barrio parisino: ateliers, galerías de arte, tiendas de moda vintage y cafés son los protagonistas de este barrio hipster. Ah, y arte urbano. Mucho arte urbano



4. COURS JULIEN
El barrio under de Marsella. Si bien Cours Julien es una calle, la zona en general es popularmente conocida como «Cours Ju» . Mercados locales, más galerías de arte, restaurantes y tiendas de comics conforman el que me pareció el barrio mas lindo de Marsella. Donde hay que ir para tomar un café, una cerveza en un bar o un vino en la plaza (eso sí, con copa, al estilo francés).
Si sos fanáticx del arte urbano como yo, este lugar te va a parecer Disney.








5. PARQUE NACIONAL LOS CALANQUES

El Parc National Les Calanques es un área protegida que va desde la costa de Marsella hasta Cassis. Si sos de los que prefiere las calas antes que las playas, este parque es ideal. Barrancos de hasta 500 metros, mar Mediterráneo y muchos árboles, este fue de mis lugares favoritos por lejos. La entrada es libre y gratuita, y hay que asegurarse de tener botellas de agua ya que adentro no recuerdo que haya para comprar de tomar. Ah! y calzado cómodo.

Si bien el trekking no es de una dificultad muy alta, hay algunas partes en subida o resbaladizas donde hay que tener cuidado: es todo piedra maciza. Como al mar: no hay que tenerle miedo, sino respeto.

Para llegar desde Marsella en transporte público: tomar el metro 2 (línea roja), hasta la estación Castellane. Ahí mismo, tomar el bus B1 destino “Luminy”. En esa parada, está la entrada al parque.
Ah! y el color del agua no tiene filtro…