Unos días antes de llegar a Bilbao, Klara, mi potencial anfitriona, me responde vía Couchsurfing que me podía hospedar, pero que había un problema: el fin de semana eran las fiestas en su pueblo y ella se iba para allá. Que, si no me molestaba, la podía acompañar. No podía creer tener tanta suerte. Una…